La lengua es un producto social de la facultad del lenguaje y un conjunto de convenciones adoptadas para permitir el ejercicio de esta facultad (Saussure, 1977). La lengua, entonces, funciona como manifestación objetiva de la comunicación.
La facultad del lenguaje es general y común a todos los seres humanos. Se nace con esta facultad, con esta propiedad. La lengua, por el contrario, se caracteriza por ser aprendida y por ser propia de una región. “Por eso hablamos de la lengua española, francesa, inglesa, italiana, árabe y miles más” (Falcón y De Jesús, 1989).
La lengua que aprendemos es una forma de ver la realidad, es correlato de nuestra identidad social y cultural. Por otra parte, la forma de hacer palpable las manifestaciones de la lengua es a través del habla. El habla es la vía para lograr el primer objetivo de la lengua: la comunicación. El habla es activa y expresiva, mientras que la lengua es pasiva virtual. Además el habla se hace efectiva, de manera individual, mientras que la lengua es social y pertenece a todos los individuos que la han aprendido.
Por supuesto cunado se trata de habla se incluyen los textos escritos y los textos hablados. El habla engloba todo lo que se puede decir de manera oral y toda la escritura.
Dentro de la cultura el lenguaje juega un papel muy importante, ya que a través del mismo podemos comunicarnos con nuestros semejantes y lograr ser intangibles para ellos. Aun nuestros estados mentales o corporales individuales (como el decir “estoy enamorado” o “estoy adolorido”) lo podemos transmitir a través del lenguaje, logrando ser comprendidos por los otros miembros de nuestra sociedad.
Lo más importante dentro del proceso de la comunicación es la comprensión del mensaje y la intención del hablante, ya que de nada sirve emitir una cadena fonológica la cual no podrá ser decodificada por otro. De tal forma, para que dos hablantes puedan comunicarse efectivamente, deben participar, deben participar de la misma realidad lingüística.
Asimismo no basta sólo con hablar la misma lengua para que el proceso de la comunicación sea completo; es preciso, además, contar con lo que se ha denominado variedades o variables lingüísticas (Álvarez, 1992), que están determinadas por el origen, la edad, el sexo, la clase social y otros factores. Mediante marcadores lingüísticos se pueden señalar las diferencias entre los hablante y establecer cuál es la procedencia geográfica de un individuo, los años que tiene, si es de género masculino o femenino, su nivel de instrucción, entre otros.
De acuerdo con estas características podemos decir que existe la variedad social, variedad geográfica y variedad natural.
Variedad Social: En la interacción de los hablantes se puede observar, a través de marcadores lingüísticos, el grado de instrucción. La pronunciación cuidad, el uso de los vocablos especializados y la buena entonación señalarán en una persona los rasgos característicos de un hablante culto.
Variedad Geográfica: Existen elementos lingüísticos presente en la conversación de los hablantes que sirven para ubicar la región de donde proceden. De tal forma que la entonación y los vocablos, son útiles para diferenciar la procedencia geográfica de las personas y podrían convertirse en factores de interrupción de la comunicación.
Variedad Natural: Esta variedad depende de la edad y del sexo de los hablantes. A través de una conversación se puede determinar los años y el género de quienes interactúan, sin necesidad, en muchos casos, de verlos. Esto responde en gran medida de las palabras que se usan en una generación en particular. El sexo también se puede determinar a través de una conversación porque de un género a otro se utiliza un léxico distinto que podría evidenciar diferencias en los intereses.
Para finalizar se puede decir que el lenguaje constituye un componente importante de toda creencia o actividad humana y que, por lo tanto, toda cultura está impregnada del mismo.
La lingüística: Es el estudio científico tanto de la estructura de las lenguas naturales como del conocimiento que los hablantes poseen de ellas
Vocablo: Palabra, sonido o secuencia de sonidos con significado.
La facultad del lenguaje es general y común a todos los seres humanos. Se nace con esta facultad, con esta propiedad. La lengua, por el contrario, se caracteriza por ser aprendida y por ser propia de una región. “Por eso hablamos de la lengua española, francesa, inglesa, italiana, árabe y miles más” (Falcón y De Jesús, 1989).
La lengua que aprendemos es una forma de ver la realidad, es correlato de nuestra identidad social y cultural. Por otra parte, la forma de hacer palpable las manifestaciones de la lengua es a través del habla. El habla es la vía para lograr el primer objetivo de la lengua: la comunicación. El habla es activa y expresiva, mientras que la lengua es pasiva virtual. Además el habla se hace efectiva, de manera individual, mientras que la lengua es social y pertenece a todos los individuos que la han aprendido.
Por supuesto cunado se trata de habla se incluyen los textos escritos y los textos hablados. El habla engloba todo lo que se puede decir de manera oral y toda la escritura.
Dentro de la cultura el lenguaje juega un papel muy importante, ya que a través del mismo podemos comunicarnos con nuestros semejantes y lograr ser intangibles para ellos. Aun nuestros estados mentales o corporales individuales (como el decir “estoy enamorado” o “estoy adolorido”) lo podemos transmitir a través del lenguaje, logrando ser comprendidos por los otros miembros de nuestra sociedad.
Lo más importante dentro del proceso de la comunicación es la comprensión del mensaje y la intención del hablante, ya que de nada sirve emitir una cadena fonológica la cual no podrá ser decodificada por otro. De tal forma, para que dos hablantes puedan comunicarse efectivamente, deben participar, deben participar de la misma realidad lingüística.
Asimismo no basta sólo con hablar la misma lengua para que el proceso de la comunicación sea completo; es preciso, además, contar con lo que se ha denominado variedades o variables lingüísticas (Álvarez, 1992), que están determinadas por el origen, la edad, el sexo, la clase social y otros factores. Mediante marcadores lingüísticos se pueden señalar las diferencias entre los hablante y establecer cuál es la procedencia geográfica de un individuo, los años que tiene, si es de género masculino o femenino, su nivel de instrucción, entre otros.
De acuerdo con estas características podemos decir que existe la variedad social, variedad geográfica y variedad natural.
Variedad Social: En la interacción de los hablantes se puede observar, a través de marcadores lingüísticos, el grado de instrucción. La pronunciación cuidad, el uso de los vocablos especializados y la buena entonación señalarán en una persona los rasgos característicos de un hablante culto.
Variedad Geográfica: Existen elementos lingüísticos presente en la conversación de los hablantes que sirven para ubicar la región de donde proceden. De tal forma que la entonación y los vocablos, son útiles para diferenciar la procedencia geográfica de las personas y podrían convertirse en factores de interrupción de la comunicación.
Variedad Natural: Esta variedad depende de la edad y del sexo de los hablantes. A través de una conversación se puede determinar los años y el género de quienes interactúan, sin necesidad, en muchos casos, de verlos. Esto responde en gran medida de las palabras que se usan en una generación en particular. El sexo también se puede determinar a través de una conversación porque de un género a otro se utiliza un léxico distinto que podría evidenciar diferencias en los intereses.
Para finalizar se puede decir que el lenguaje constituye un componente importante de toda creencia o actividad humana y que, por lo tanto, toda cultura está impregnada del mismo.
La lingüística: Es el estudio científico tanto de la estructura de las lenguas naturales como del conocimiento que los hablantes poseen de ellas
Vocablo: Palabra, sonido o secuencia de sonidos con significado.
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